Tradicionalmente, en la economía se han alternado dos tipos de ciclos económicos: el ciclo expansivo y el contra ciclo o ciclo recesivo. La dinámica parecía sencilla: tras un ciclo de crecimiento en el que se recomienda la inversión y la adquisición de recursos, surge un periodo de decrecimiento en el que los teóricos sugieren la desinversión en activos no estratégicos y la reducción de deuda.
Este modelo clásico funcionó durante mucho tiempo y favoreció a nuestras dos organizaciones: mientras que en las etapas expansivas las organizaciones tienden a incorporar más talento y a invertir en formación y desarrollo, en las recesiones cobran importancia las prejubilaciones, desvinculaciones y la externalización de operaciones.
- Como caso particular, es importante destacar que la selección es un indicador bastante orientativo del ciclo económico. Se reactiva en las fases finales de los ciclos contractivos y tiende a perder empuje algo antes que los principales indicadores económicos, en una relación inversamente proporcional a los EREs.
Estos eran, grosso modo, algunos rasgos de cómo funcionaba el sector de la consultoría de RRHH hasta hace bien poco. Pero… ¿esa situación responde a la realidad actual? ¿Podemos seguir apoyándonos en estas ideas?
Desde hace algunos años, especialmente desde la crisis, el sector de los RRHH se ha atomizado y ha aumentado la competencia exponencialmente. Rotación, reestructuraciones de plantillas, nuevos competidores, herramientas tecnológicas, freelance… todo ello ha convertido nuestro entorno en un entorno VUCAH:
- V de Volátil (volatility)
- U de Incierto (uncertainty)
- C de Complejo (complexity)
- A de Ambiguo (ambiguity)
- H de Hiperconectado (hyper-conectivity)
Y en este nuevo entorno, cada vez más volátil, tecnológico y hostil, los ciclos económicos son cada vez más cortos e irregulares, por lo que cada vez seremos menos capaces de reconocerlos. Asistiremos a casos en los que nuestros clientes estén en plena expansión en un entorno saturado y viceversa, convivirán las incorporaciones junto con las desvinculaciones y tres valores irán progresivamente cobrando importancia: la agilidad, el coste y la innovación. Una innovación constante, en herramientas y procesos, para seguir siendo competitivos y ágiles.
Por ello, debemos hacer un esfuerzo por afinar nuestra sensibilidad hacia lo que está pasando en nuestros clientes y lo que pueden necesitar. Podemos ser antenas que identifiquen nuevas oportunidades de negocio propias y cruzadas y así capear la volatilidad.
Si lo logramos, seremos capaces de sacar el máximo rendimiento de la Alianza Psicotec-Gestolasa sea cual sea el ciclo en el que nos encontremos.
