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Pongamos que hablo de millennials

Impacientes, cambiantes, creativos, optimistas, tecnológicos, egocéntricos, preparados… Estos son tan sólo algunos de los adjetivos que podemos escuchar cuando hablamos de la última generación incorporada al mundo laboral: la Generación Y o Millennials.

Al igual que ocurre en todas las familias, el mundo laboral está compuesto por diferentes generaciones, cada una de ellas con sus peculiaridades, las cuales surgen, en parte, debido a que somos hijos de nuestra época, esclavos de nuestro tiempo. Tal y como decía Ortega y Gasset; ‘yo soy yo y mis circunstancias’, con lo que tan sólo algunos pioneros o visionarios son capaces de escapar a este hecho.

De este modo, además del choque profesional que ocurre cuando se incorpora un nuevo trabajador a la empresa, nos encontramos ante otro choque algo más drástico, si cabe. Se trata del conocido como choque generacional.

Todos hemos sufrido ambas circunstancias al afrontar nuestros primeros días de trabajo, incluso nuestros primeros meses. Todos recordaremos cuando, recién salidos de la facultad a la que acudíamos con deportivas, mochila medio vacía, ropa cómoda y en la mayoría de los días tan solo unas cuantas horas (eso siempre que la clase contara para la nota final o si el profesor daba clases con altas dosis de motivación), tuvimos que “disfrazarnos” de una seriedad en gran parte hasta ahora desconocida, vistiendo de traje y corbata o de vestido y tacón, para acudir a nuestro primer día de trabajo en la empresa.

Primeras impresiones cubiertas de formalidad, disciplina, seriedad, jerarquía… ‘Esto no lo he estudiado yo en la carrera’. Asistimos al primer choque, el choque profesional.

No obstante, este es un hecho que ha venido ocurriendo en cada nuevo profesional que se ha iniciado en el terreno laboral y que, con toda probabilidad, continuará ocurriendo siempre que la Universidad siga guardando la distancia con las Empresas. Si bien lo que aquí nos ocupa es otro tipo de choque que percibimos y que, quizás ahora más que nunca, esté de actualidad.

Se trata, ni más ni menos, que del choque generacional que ocurre cuando una nueva persona de una generación más joven accede al mercado laboral y tiene que adaptarse a la empresa, donde ya se encuentran otras generaciones anteriores de trabajadores.

La llegada de los Millennials y con ellos, en gran medida, la digitalización del sistema laboral, ha provocado que surja el choque generacional más grande de las últimas décadas. Esto es, en parte, debido a la forma en la que hemos tenido acceso a la información las distintas generaciones que componemos el elenco de trabajadores en la actualidad.

Las generaciones previas están acostumbradas a que el esfuerzo y el trabajo sean garantía de un buen resultado, mientras que los Y (Millennials) entienden que todo se encuentra a un simple clic, para lo cual tan sólo deben ser ágiles con las palabras y asegurarse la buena búsqueda en Google. Y es que internet es la herramienta más revolucionaria, a nivel laboral, de los últimos tiempos.

De este modo, surge la polémica. Los nuevos incorporados apuestan por la inmediatez en el desempeño de las tareas, así como en su crecimiento profesional y reconocimiento, al tiempo que abogan por el constante uso de las TICs, mientras que los trabajadores ya asentados en la empresa requieren de un esfuerzo, dedicación y compromiso hacia los nuevos integrantes y, asimismo, no se muestran tan familiarizados con las últimas novedades tecnológicas.

Millennials

Nos encontramos ante el clásico choque que se viene produciendo en las empresas desde que aparecen los Millennials en el terreno de juego, patrón común en la mayoría de ellas, y tema susceptible de ser comentado en numerosos artículos de carácter empresarial.

¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Asumimos que este choque es ley de vida y por tanto recurrente en el tiempo? ¿Esperar a que los nuevos profesionales se adapten al mundo laboral? ¿Olvidar las TICs o adaptarnos a ellas poco a poco y de esta forma ralentizar el crecimiento de la empresa? ¿Asumir de golpe el nuevo uso de las tecnologías que nos traen los nuevos integrantes y olvidar todo lo anterior?

Hace unas semanas, la Directora de Psicotec S.A., Mª Luisa Rioboó, y yo acudimos a una charla en la Universidad Rey Juan Carlos para jóvenes de la próxima generación de futuros trabajadores, la Generación Z, donde les hacíamos partícipes de este hecho  y les pedíamos que dieran su visión como futuros integrantes que incurrirán en el choque en los próximos años.

Asimismo, acudieron otras personas de generaciones muy diferentes a esta, como el Director de Innovación de EULEN, Ricardo Gabarró. Tras el debate generado durante la jornada, pudimos comprobar que la forma de ser o de afrontar el trabajo, en grandes rasgos, sí que pertenece a la época vivida. Sin embargo, el hecho de adquirir conocimiento y atender al valor añadido que nos aportan otras generaciones nos enriquece como personas a la vez que nos hace ser mejores profesionalmente.

Por tanto,  ¿qué es lo que busca la empresa? Si lo que busca es la eficiencia y el progreso, el hecho de que el equipo de trabajo sea el más productivo es en gran medida la finalidad que deberá perseguir. Ahora bien, debemos preguntarnos ¿Hacemos lo necesario para cumplir este objetivo?

En definitiva, si las generaciones que ahora llegan son las generaciones del futuro, la idea es que sean formadas en la filosofía empresarial por las personas más senior de la organización, al tiempo que puedan ayudarles a conocer las nuevas herramientas tecnológicas, de tal forma que todos tengan cabida en la empresa y ésta se vea reforzada y actualizada. Pero, ¿Hace lo suficiente la empresa para llevar a cabo esta estrategia integradora? Y nosotros como trabajadores, ¿Estamos dispuestos a formar y a ser formados tanto por personas de mayor como de menor antigüedad?

Hay que pensar que no sólo somos distintas generaciones, sino que cada uno de nosotros aportamos un valor añadido. Esto es vital para entender ese bi-mentoring que ayuda a implementar nuevas estrategias que potencian la consecución del objetivo marcado por las organizaciones. No hablamos en futuro, ya está pasando.

Patricia Sánchez, Consultora Junior de Psicotec y Millennial.

2018-05-07T11:42:09+00:00lunes, 4 de abril, 2016|